Hasta ahora, la venta on line de medicamentos publicitarios en España, pese a no estar expresamente prohibida, estaba pendiente de desarrollo reglamentario, lo que en la práctica suponía la existencia de un vacío legal al que pocas oficinas de farmacia decidían asomarse.
Hasta ahora, la venta on line de medicamentos publicitarios en España, pese a no estar expresamente prohibida, estaba pendiente de desarrollo reglamentario, lo que en la práctica suponía la existencia de un vacío legal al que pocas oficinas de farmacia decidían asomarse. Dicho comportamiento ha venido condicionado, a su vez, por la controvertida interpretación de las disposiciones contenidas en las distintas leyes de ordenación farmacéutica por parte de las autoridades sanitarias de las autonomías. Algunas prohíben realizar cualquier tipo de publicidad o promoción directa o indirecta de la oficina de farmacia, sea cual sea su soporte, medio o red de difusión (fuera de la señalización mediante letrero y placa), lo que, en esencia, cuestiona la licitud de ciertas páginas web y provoca desigualdades competitivas entre las farmacias españolas.Gracias a la trasposición de la Directiva Europea 2011/62/UE, ahora se habilitará el cauce legal para que las farmacias dispensen medicamentos publicitarios telemáticamente, siempre que se cumplan una serie de requisitos formales, entre los que destaca la necesidad de que intervenga en la dispensación "un farmacéutico, desde su oficina de farmacia, y previo asesoramiento personalizado". Además, las farmacias que pongan en marcha webs de forma lícita deberán exhibir un logotipo común y asumir códigos de conducta que permitan al consumidor diferenciar qué páginas operan legalmente y cuáles no.Las ventajas son numerosas. Por un lado, se pretende dotar de seguridad jurídica a las oficinas de farmacia que apuesten por ese canal de venta, y de confianza a los consumidores que deseen utilizarlo (será especialmente atractivo para pacientes con enfermedades crónicas, que disponen de movilidad reducida o que residen en zonas rurales). Por otro lado, disminuirán los riesgos de la oferta ilegal de medicamentos en internet al facilitarse información al consumidor/paciente tanto sobre la correcta administración del medicamento como sobre la legalidad de su dispensación. Precisamente, el farmacéutico habrá de valorar la pertinencia o no de la dispensación del medicamento, especialmente frente a solicitudes de cantidades excesivas o peticiones frecuentes, que induzcan a pensar un mal uso o abuso de un cierto medicamento.No obstante, la norma plantea numerosos retos en cuanto a su aplicación práctica. Por un lado, son harto conocidos los riesgos que la venta ilegal de medicamentos o de medicamentos falsificados puede suponer para la salud pública. Es un fenómeno no exento de complejidad, y en alza, dado el contexto generalizado de crisis económica, el carácter global de internet, lo lucrativo del negocio y la predisposición de ciertos consumidores a adquirir este tipo de productos bajo el manto del anonimato.También preocupa de qué forma materializar y, en su caso, garantizar que la dispensación telemática del medicamento se ha llevado a cabo con la intervención profesional de un farmacéutico, previo asesoramiento personalizado, y habiendo recibido el paciente la información adecuada. Las alternativas y métodos para acreditarlo son numerosas, pero sigue siendo una incógnita lo que puede suponer para las farmacias, a nivel de recursos internos, acreditar el cumplimiento de tales extremos de forma satisfactoria frente a las autoridades.Finalmente, y como parte de dicho asesoramiento, se prevé que el consumidor facilite sus datos al farmacéutico para permitir que éste pueda ponerse en contacto con él, al objeto de remitirle los productos adquiridos y proporcionarle la información necesaria. En este punto, la normativa en materia de protección de datos será de obligado cumplimiento, aunque si no se solicita ningún requisito adicional será difícil que un consumidor confíe en que una oficina de farmacia ha implementado las medidas de seguridad realmente sobre sus bases de datos, y que tales datos están seguros.