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Pfizer renuncia Allergan després de la llei anti evasió fiscal aprovada als EUA

11/4/2016
El següent article està escrit en català: El mayor gigante farmacéutico del planeta, formado por Pfizer y Allergan, ha muerto antes de nacer. La que fuera la operación financiera por excelencia de 2015 en la industria farmacéutica no llegará a ser efectiva, tras el anuncio por parte de Pfizer de la renuncia a fusionarse con la corporación irlandesa. Saltaron las alarmas el pasado 30 de marzo cuando por segunda vez la US Federal Trade Commission (FTC) pedía a ambas compa... El següent article està escrit en català: El mayor gigante farmacéutico del planeta, formado por Pfizer y Allergan, ha muerto antes de nacer. La que fuera la operación financiera por excelencia de 2015 en la industria farmacéutica no llegará a ser efectiva, tras el anuncio por parte de Pfizer de la renuncia a fusionarse con la corporación irlandesa. Saltaron las alarmas el pasado 30 de marzo cuando por segunda vez la US Federal Trade Commission (FTC) pedía a ambas compañíasinformación adicional del proceso de fusión,que las corporaciones en cuestión aseguraban mantener. Pero el 4 de abril Allergan emitía una declaración que relataba los principios jurídicos del acuerdo, que se parecía a un argumentario de descargo de responsabilidades. Era sin duda el principio del fin. La razón principal de este hecho reside en el endurecimiento dela normativa que regula el cambio de sede fiscal en Estados Unidos (EE.UU.) y que ha sido implementada esta semana por parte del Departamento delTesoro de aquel país. En concreto, esta reforma legislativa penaliza fuertemente a las compañías estadounidenses que pretenden alejar su sede fiscal de EE.UU.. Hecho que a la postre ha sido decisivo para que le consejo de administración de Pfizer, con su consejero delegado Ian Read a la cabeza, haya decidido paralizar, de mutuo acuerdo con Allergan, el proceso de fusión inversa en el que estaban inmersos desde finales de noviembre del pasado año. Más allá de los trastornos ocasionados por cercenar un proceso de fusión en marcha, la decisión de no seguir adelante tiene una consecuencia directa en el plano económico. Pfizer abonará a Allergan 131,7 millones de euros (150 millones de dólares) por los gastos asociados a la operación. Pero esta cantidad podría aumentar hasta algo más de 351 millones de euros (400 millones de dólares) en concepto de compensación por la ya frustrada adquisición, como se estipulaba en su acuerdo de fusión inversa, en caso de que los cambios en la normativa tributaria hicieran inviable la transacción. Adiós a un pipeline arrollador La conjunción de los dos arsenales terapéuticos y activos financieros hubieran provocado la compañía con la mayor capitalización mundial, cifrada en torno a los 262.000millones de euros (300.000 millones de dólares). Incluso las proyecciones auguraban beneficios anuales de 60.000 millones de euros (unos 68.000 millones de dólares) y hubieran juntado más de 40 centros de investigación y desarrollo y 75 centros de producción repartidos por todo el planeta. Por otro lado, nunca sabremos hasta qué punto podría haber sido beneficioso para la I+D global los 8.500 millones de euros (9.000 millones de dólares) resultantes de conjugar las inversiones anuales de ambas compañías en este área. Especialmente en campos como oncología,vacunas, inmunología e inflamatorio, neurociencia, cardiovascular, enfermedades raras, oftalmología, dermatología y los desórdenes digestivos. Además, ambas compañías incorporaban divisiones de medicamentos genéricos, biológicos y biosimilares. Los motivos por los que Pfizer pretendía cambiar de domicilio fiscal se circunscribían a trasladar su sede tributaria a Dublín y reducir de esta forma su impuesto de sociedades de la horquilla actual de entre un 35 y un 39 por ciento al 12,5 por ciento que se paga en la isla esmeralda. Del mismo modo, disfrutaría de las condiciones favorables que el Gobierno irlandés ofrece a la industria farmacéutica como la baja fiscalidad — cuenta con una de las presiones fiscales más bajas de la OCDE, 28.2 puntos porcentuales — y de paso acceder a los miles de millones de dólares en ingresos que mantenía en el extranjero. Un éxito de Obama Si hay un claro beneficiado de la renuncia a la fusión inversa es la Administración Obama,que ha demostrado desbaratando la operación, que su iniciativa legislativa para evitar la ingeniería fiscal de empresas ha sido un éxito.María José Gómez, asociada de Fiscalidad de Jausas, asegura que “ya en septiembre de 2014, el Gobierno de EE.UU. anunció la aprobación de medidas contra las multinacionales estadounidenses que acometían operaciones corporativas con compañías extranjeras de menor tamaño con el objetivo principal de trasladar su residencia fiscal a países con tasas impositivas mucho más ventajosas”. El Gobierno estadounidense continuó anunciando nuevas medidas en noviembre del año pasado que se han completado el pasado 4 de abril forzando la renuncia a la fusión. “Las más importantes consistían en limitar,por un lado, la capacidad de empresas extranjeras de realizar inversiones en el país durante un plazo de tres años y,por otro lado, endurecer las reglas de deducibilidad de intereses pagados a entidades vinculadas fuera de EE.UU.. Esta última es una de las tácticas más habituales para lograr que las empresas estadounidenses reduzcan su factura fiscal mediante el pago de intereses a empresas de su grupolocalizadas en el extranjero que les prestan dinero, siendo las receptoras de los mismos entidades establecidas en países con fiscalidad más atractiva. En definitiva, toda una batería de acciones para acabar con la fusión entre Pfizer y Allergan”, asegura María José Gómez. Este cambio legislativo es una llamada de atención al empresariado estadounidense, ya que desde hace tiempo las autoridades de aquel país alertaban dela fuga de compañías hacia otros países con una fiscalidadmáslaxa. La evasión fiscal a terceros países es una de las principales preocupaciones de la Administración Obama en la recta final de su mandato y de esta forma espera evitar transacciones artificiosas en las que las compañías estadounidenses persiguen simplemente mudar al exterior su domicilio fiscal sin cambiar significativamente la naturaleza de sus operaciones.El propio Obama calificaba esta práctica como“una de las deficiencias más insidiosas” y la marcha atrás de Pfizer ya se considera en EE.UU. una victoria rotunda para la política fiscal de Barack Obama.

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